Una de las primeras cosas que te interesa si eres alguien que quiere mejorar su economía personal, es sentirte rico. Puedes estar diciendo “Marisa, si no tengo un duro, ¿cómo podría sentirme rico?” Bien, déjame explicarte.
Hace unos días hablaba con un amigo que está atravesando una situación muy difícil financieramente. Mi amigo tiene un alto cargo en una empresa multinacional, tiene buenos ingresos y está haciendo esfuerzos enormes (realmente durísimos) para salir de un montón de deudas, entre ellas el atraso de la hipoteca. En estos días, hablando sobre las fiestas, me dijo “Voy a ver si me queda algo para poder comprarle un regalo a mi hijo”.
Esa frase me conmovió… Dios mío… yo sé cómo se siente levantarte cada día para ir al trabajo, trabajar como un burro horas y horas, llegar a tu casa exhausto, para que cuando llega el día de pago el dinero se escurra entre tus dedos y sentir que nunca tienes dinero… te sientes SIEMPRE pobre. Sentirse pobre hace daño… duele.
Las personas pobres o con muchas deudas viven agobiadas rogando al cielo cuando será el día que puedan lograr salir del atasco en el que se encuentran… estas personas, aunque estén trabajando y generando dinero, nunca llegan a fin de mes -o ni siquiera a mediados de mes… y durante una enorme cantidad de tiempo, cada día, su mayor preocupación es el dinero. Esa preocupación constante produce pensamientos, sensaciones y sentimientos de contracción.
En un artículo anterior hablaba sobre la importancia de experimentar expansión en lugar de contracción. Necesitas experimentar como que tienes dinero.
Lo que sucede, es que ninguno de nosotros hemos sido educados para manejar el dinero. Como consecuencia, tomamos acciones que no sólo nos mantienen sin dinero, sino que nos hacen sentir pobres. El no utilizar correctamente el dinero te hace sentir pobre.
Por ejemplo, cuando una persona tiene constantes dificultades para llegar a fin de mes vive en un estado muy alto de estrés. Ese estrés es, en parte, aliviado cuando recibe su salario o un pago. Durante algunos días esa sensación de impotencia, de no poder, de no llegar o de estar al límite, se diluye.
Ahora bien, lo que pasa en esos días es crítico. Por lo general, las personas se sienten bien y con una cierta cantidad de euforia. Los problemas parecen haberse esfumado de repente. Entonces es probable que quieran hacer algún gasto, darse un gusto, salir a comer afuera, etc. Quizás utilizan sus tarjetas de crédito y cuando lo hacen sienten algo así como “yo me lo merezco”. En el momento de la compra te sientes genial, ¿o no? (Ey, ¡yo estuve allí también!). ¿Pero qué pasa cuando llega el resumen de la tarjeta y el dinero no alcanza para pagar la deuda? ¿Cómo te sientes? Fatal…
El sentimiento de satisfacción y de autoestima que sentiste al comprar es falso, es una imitación. ¿Por qué digo que es falso? Porque no fue un acto genuino de amor por ti.
Ahora bien, llegan las fiestas y puedes sentir la tentación de tirar de tu tarjeta de crédito, o de pensar “Es Navidad, no importa” (hay un montón de negación en torno al dinero).
¿Cómo crees que se sentirá mi amigo trabajando duro todo el mes, y que cuando llegan las fiestas no sabe si tendrá sólo un poco de dinero extra para comprarle a su hijo un regalo? Hay una gran cantidad de culpa y vergüenza en relación a las deudas y a la falta de dinero. Pero tú puedes sentirte de un modo muy diferente si aprendes a manejar TU dinero.
Cuando alguien tiene deudas es fundamental que deje de dar dinero a otros, de cualquier manera que sea. Esto también incluye a su familia. No estoy diciendo que te saltes los regalos de tus hijos, no quiero decir eso; tú quieres hacer un regalo y sentirte generoso. Está perfecto.
Pero mi recomendación es que no contraigas una nueva deuda para hacer un regalo, no compres algo que realmente no puedes permitirte, ni gastes tu aguinaldo para hacer regalos… Si lo haces, puede ser que te sientas bien al principio. Pero ¿te seguirás sintiendo bien al cabo de unos días cuando otra vez te encuentres sin dinero?
La verdad es que, si una persona tiene deudas no está en posición de dar dinero a los demás. Eso no es egoísmo. Es sentido común.
Estas fiestas, si realmente es importante para ti, compra un regalo que esté a la medida de lo que TÚ puedas pagar. No contraigas nuevas deudas con tu tarjeta si no vas a poder pagarla después. Eso te hará sentir bien contigo mismo (aún estarás haciendo un regalo) y todavía tienes algo de dinero para darle un uso más adecuado.
Por encima de todo, estarás recuperando tu poder con relación al dinero. Este tipo de acciones son las que te hacen sentir rico. No importa cuánto ganes o cuánto tengas. Son las acciones que realizas consistentemente la diferencia entre sentirte pobre o sentirte rico.
Si quieres aprender sobre cómo salir de deudas y cómo actuar en cualquier situación con respecto al dinero, echa un vistazo a las diferentes propuestas especiales de Diciembre. Puedes hacer que éste sea el mejor Diciembre de tu nueva vida con el Dinero.
¿Quieres usar este artículo en tu Newsletter o en tu página web?
Puedes hacerlo, siempre y cuando incluyas la siguiente información completa junto con el artículo:
SOBRE LA AUTORA: Marisa Lia Pascal publica su newsletter quincenal sobre Coaching & Autoestima, enfocado en enseñar a las personas a resolver sus problemas de dinero y a desarrollar su autoestima.
Si le gustó el artículo y desea saber más, visite https://reinventate.com.ar donde podrá suscribirse al boletín con material exclusivo, y tendrá acceso a varios recursos gratuitos. Cursos online disponibles.
Deja una respuesta