Casi todo el mundo conoce la fábula de Esopo sobre la carrera de la liebre y la tortuga. La liebre corrió veloz como el viento mientras dejaba a la tortuga kilómetros detrás. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo. Confiada en su ligereza, se detuvo a un lado del camino a dormir una siesta pensando que tenía todo el tiempo del mundo.
La tortuga mientras tanto siguió caminando a su ritmo, lento pero sin detenerse. Parecería que ella nunca podría llegar a la línea de llegada, pero debido a que aprendió a ir a su propio ritmo pasó a la liebre y ganó la carrera.
¿En tu negocio, cuál eres tú? ¿La liebre o la tortuga?
A menudo, cuando trabajas desde casa, puedes caer en la trampa de ser la liebre. Te enfocas totalmente en acelerar tu proyecto, hacer crecer tu lista, armar tu equipo de trabajo. Puedes ir a 130 kilómetros por hora tratando de construir tu negocio – pero en detrimento de todo lo demás a tu alrededor. Entonces llegas al punto donde simplemente terminas “quemado” y no puedes seguir.
Puedes sentir como si tu mundo se rompiera en pedazos… Tienes que parar y ponerte al día con las otras cosas que has estado ignorando, como pasar tiempo con tu familia, haciendo un poco de tareas domésticas o trabajando en otras áreas descuidadas de tu negocio. Puedes llegar al punto donde todo parece estar fuera de control. A mi me sucedió eso recientemente, cuando mi hijo necesitó – por diversas razones – atención extra de mi parte.
Crea tu definición de éxito
Mucha gente habla acerca de lograr el éxito. Pero el éxito es diferente para cada persona. Como empresarios/emprendedores tenemos montones de razones apasionantes para hacer nuestro trabajo, pero ¿Cómo sabes cuando estás teniendo éxito?
Realísticamente nunca hay un equilibrio perfecto entre todos los factores como para sentirnos completos con lo que quisiéramos lograr cada día, entre nuestra vida personal y nuestro negocio. Nos toca vivir una época donde la vida es mucho más compleja.
Yo tuve que parar y revisar las respuestas que había escrito para la pregunta ¿Cómo sabré cuándo soy exitosa?
• Cuando me siento con energía
• Cuando me siento sinceramente conectada con mi hijo
• Cuando estoy generando dinero
• Cuando estoy sana
• Cuando estoy ofreciendo verdadero valor a mis clientes, etc.
Desarrollar un negocio requiere crear un ritmo en la manera de manejar las cosas.
Es mejor ser como la tortuga y encontrar un ritmo que te permita avanzar consistentemente y de modo sostenible. Y si parece que no estás logrando tanto como quisieras, no seas duro contigo mismo. Piensa de nuevo: ¿Cuáles son otros factores en tu definición de éxito que sí estás logrando? (por ejemplo, yo dejé literalmente todo de lado por una semana para enfocarme en el bienestar y la salud de mi hijo, porque para mi, que él sea feliz es parte de mi definición de éxito.)
En la visión general de tu proyecto profesional, vas a estar logrando tus metas sin sacrificar todas las demás cosas importantes en tu vida ¡y sin “quemarte”!
Esta puede ser una dura lección si eres la clase de personas que quieren todo hecho ya. En el otro lado de la balanza, un empresario no puede utilizar esto como una excusa para postergar las cosas que son fundamentales para el crecimiento de su negocio.
Cuando creas un ritmo que funciona para ti, habrá momentos muy ocupados y momentos más tranquilos. Así es la vida… Y si no te satisface lo que estás logrando en tu lista de cosas para hacer, quizás sea un buen momento para que aprendas a organizarte mejor.
Una de las cosas que más me ayuda a permanecer centrada es tener claridad en cuáles son aquellas metas que tendrán la mayor recompensa en mi negocio.
Entonces ¿Cuál eres tú -la liebre o la tortuga? ¿ o sientes que cambias de uno a otro?
Deja una respuesta